Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Libertad pero poquito

La esclavitud, Francisco Cafferata, 1881
Hace casi doscientos años, se inauguraba la Asamblea del Año XIII, que plantó la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Entre sus disposiciones está la célebre libertad de vientres, la libertad de los niños de esclavas que nacieran después del 31 de enero de 1813.
El 2 de febrero, la Asamblea dictó el Reglamento para la educación de los libertos. Éstas son algunas de las normas:
● Cuando se hubiere de vender una esclava, que tenga un hijo liberto, deberá pasar con él a poder del nuevo amo, si el liberto no hubiese cumplido aún los dos años; pero pasado este tiempo, será a voluntad del vendedor el quedarse con él, o traspasarlo al comprador junto con la esclava.
● Todos los niños de castas, que nacen libres, deberán permanecer en casa de sus patronos hasta la edad de veinte años.
● Los libertos servirán gratis a sus patronos hasta la edad de 15 años; y en los cinco restantes se les abonará un peso cada mes por su servicio, siendo de cuenta de sus patronos la demás asistencia.
La abolición total de la esclavitud tardó cuarenta años más.