Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

sábado, 9 de marzo de 2013

Flor de fango


En el barrio Cafferata, en un viejo conventillo, echao a los ojos el funyi marrón, botín enterizo, le cantó a la mina. Un domingo bailaron un tango. Me muero por vos, susurró. Y su almita arrastró por el fango. Ahora en la ventanita del cotorro sólo hay flores secas. 
Ventanita de arrabal, como casi todos los tangos, es una ópera en miniatura, una tragedia mínima en tres minutos.
No es esto lo curioso. Lo extraño es cómo Pascual Contursi coincide con los prejuicios del discurso hegemónico de la época. También él asocia la marginalidad (la marginalidad del tango, la marginalidad del conventillo) con la caída.
Véanse, si no, las declaraciones del diputado Juan Cafferata (el del barrio de casas baratas, precisamente):
El conventillo es una lacra. Allí habita la promiscuidad, germina la rebeldía, florece la tuberculosis, se disgrega la familia, se corrompe la niñez y naufraga la edad madura. Los conventillos son atroces. Las suciedades en contacto. El pudor y la independencia, imposibles. Las pasiones acechando pared de por medio en lucha y contacto cotidianos.
El conventillo es el foco de todas las ruindades. Como el del funyi marrón.

Ventanita de arrabal, 1927. Música, Antonio Scatasso. Letra: Pacual Contursi.